jueves, 22 de enero de 2009

La verdad de Castizo


Es un hombre de unos cincuenta y muchos o sesenta. De joven podría haber sido guapo, ahora tiene la cara picada. Fanfarrón, borrachín y con mirada pícara.



Años de duro trabajo sobre su espalda, ¿prevención en riesgos laborales? ¿¡Pa´qué!? Ya lo demuestra un dedo a medio cortar fruto de un descuido. Dice que ha vivido mucho y ha difrutado más, pero no se le conoce ninguna mujer amada. Me pregunto si habrá un hueco para el amor en su corazón... Creo que no, me parece que alguien le partió el corazón en trozitos hace mucho tiempo y todavía no ha sabido recomponerlo...



Habla sobre la vida, sobre cómo se vive bien, con vicios pero bien. Sabe que un buen plato que le llene el estómago vale más que el esfuerzo en aparentar cosas que no son, dice que observa a los jóvenes de pitiminí, con sus corbatas y trajes caros comiendose una pulguita para comer porque no les pagan lo suficiente como poder comer algo más.



Sólo te digo Castizo: ¡Chapó!

1 comentario:

  1. jejejejeje, creo que esa descripción me suena de cierta persona que pudiera conocer.
    Lo importante es que si esa persona piensa que ha vivido una vida plena, la ha disfrutado y no cambiaría nada, pues CHAPÓ. No todo el mundo puede decir lo mismo.

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